Hay pelis que no envejecen, solo se afilan, como es el caso de El Juego de Hollywood.
Robert Altman, el más punk entre los grandes directores norteamericanos, se marcó en 1992 un retrato ácido, venenoso y divertidísimo de la maquinaria de sueños (y pesadillas) que es la industria del cine.
Si alguna vez te has preguntado qué se cuece en las tripas de un gran estudio, aquí tienes la respuesta: puñaladas traperas, cafés caros y sonrisas que esconden contratos rotos.
Y todo eso lo canaliza Tim Robbins con una calma perturbadora en la piel del productor Griffin Mill, un tipo al que se le empieza a torcer la vida cuando se cruza con un guionista despechado… y hasta ahí puedo leer.

Y ahora que Resen ha sacado esta edición entre sus recientes estrenos en Blu-ray, se recupera esta sátira afilada como un cuchillo jamonero y se nos pone en bandeja a los coleccionistas que sabemos que en los 90 se hizo cine del bueno.
Una de esas pelis que, cuanto más sabes de cine, más disfrutas.
Y si ya has estado cerca de algún despacho de producción, te vas a reír (o llorar) más de lo que deberías.
El Juego de Hollywood [Blu-ray ] (1992) The Player
Análisis de la edición Blu-ray de El Juego de Hollywood
La edición Blu-ray de El Juego de Hollywood no se anda con tonterías.
Lo que realmente llama la atención es la carátula: todo el reparto principal plantado en fila, con ese fondo de atardecer californiano que te huele a estudio de cine y traición ejecutiva.
Una portada limpia, bien maquetada y que no necesita florituras para entrar por los ojos. Esto es cine y se nota.
El disco repite el mismo diseño que la carátula. Nada de discos genéricos o anodinos: aquí hay continuidad estética.

Apartado técnico
🖼️ IMAGEN
La calidad de imagen de esta edición en Blu-ray es, en una palabra, muy buena.
No esperes un máster de estos que te dejan los ojos como platos, pero tampoco lo necesita. Esto es Robert Altman en los 90: planos largos, movimientos de cámara elegantes y ese grano cinematográfico que no sólo se mantiene, sino que le sienta de maravilla.
El aspecto visual respira autenticidad.
El grano está presente durante toda la película, pero no molesta. De hecho, refuerza esa sensación de estar viendo cine del bueno, del de antes, sin retoques artificiales ni filtros innecesarios. Colores naturales, buen contraste y una definición más que decente para una peli de esta época.
En definitiva: se ve como se tiene que ver. Y eso, en este caso, es una buena noticia.
🎵 SONIDO
En el apartado sonoro, la edición se porta bien. No hay fuegos artificiales, pero tampoco desastres.
Tenemos varias pistas para elegir, empezando por un doblaje en castellano en 2.0 y 5.1, ambas en Dolby Digital. La 5.1 abre algo más el espacio sonoro, aunque tampoco es que nos vayan a llover efectos desde el techo: esto no es una peli de acción, sino un retrato ácido y dialogado del Hollywood más hipócrita, así que lo importante aquí es que las voces se entienden perfectamente, y en eso cumple de sobra.
Para los más exigentes, la pista original en inglés llega en DTS-HD Master Audio 5.1, que siempre es un plus. Sonido más limpio, natural y con mejor rango dinámico. Ideal si quieres disfrutar de los matices de las interpretaciones originales (y, ojo, los cameos de medio Hollywood).
En resumen: el sonido hace su trabajo con creces.
Si buscas disfrutar del guion y los diálogos afilados de Altman, aquí tienes todo lo necesario.
Contenido extra
El único contenido adicional incluido es el tráiler en versión original, con una duración de 2 minutos y 1 segundo. Un complemento que te sirve para revivir el «hype» inicial de la película.
Galería de imágenes
(Pincha en ellas para ampliar)






Conclusiones
Resen se apunta un buen tanto recuperando “El Juego de Hollywood” en Blu-ray.
Vale, no estamos ante una edición de coleccionista con libreto y cuatro horas de extras, pero lo esencial está: una buena presentación, imagen cuidada, sonido cumplidor y, sobre todo, una peli que es oro puro para los que disfrutamos del cine que se ríe del propio cine.
Altman dirige con mala leche y mucha clase, y Tim Robbins se marca uno de esos papeles que te acompañan durante años.
Si no la habías visto, es el momento. Y si la viste en su día en VHS o la pillaste en algún pase de madrugada… redescúbrela, porque sigue siendo igual de punzante y divertida.
Una edición sencilla, pero perfecta para tener en tu estantería si eres de los que disfrutan con los cuchillos afilados entre productores, guionistas y estrellas con el ego por las nubes.
Que no todo van a ser superhéroes y explosiones, ¿no?