Predator: Badlands llega con una idea tentadora: ver el universo desde dentro, no desde la perspectiva de los humanos sino de uno de los cazadores.
La saga llevaba años pidiendo una mirada más amplia a la cultura y jerarquía de los Yautja, y Dan Trachtenberg intenta dar ese salto después del impulso que supuso Prey. Sobre el papel, es la entrega más valiente de la franquicia desde los 2000.
La película sigue a un joven depredador exiliado de su clan, forzado a emprender una cacería para demostrar su valía. En lugar de un monstruo que acecha desde las sombras, aquí tenemos un protagonista con objetivos, conflicto interno y un camino de aprendizaje.
Es una premisa interesante que podría haber llevado la saga hacia una etapa más épica y menos repetitiva.
Sin embargo, la ejecución se sitúa en una línea gris: intenta ser accesible a nuevos espectadores sin comprometer del todo su esencia, y ese equilibrio a veces hace que se sienta menos feroz de lo esperado.

Un Predator protagonista con luces y sombras
La gran apuesta de la película es pedir al espectador que empatice con el cazador. Eso implica dotarlo de lenguaje, expresiones faciales y una emocionalidad más explícita. Técnicamente, tiene sentido; narrativamente, divide.
✅ Gana en profundidad y carácter.
⚠️ Pierde parte del misterio que hacía al Depredador intimidante como figura de terror.
Lo que antes era una criatura imparable ahora es un personaje que duda, se frustra y toma decisiones impulsivas. No es algo negativo por sí mismo, pero reconfigura la franquicia hacia un enfoque más heroico que salvaje.
Un mundo más grande… pero menos visceral
La producción apuesta por una ambientación amplia, con fauna alienígena, ecosistemas y tecnologías que expanden el universo más allá del típico «caza en la Tierra contra humanos». Este «nuevo mundo» es, probablemente, lo más estimulante de Badlands, sobre todo para los seguidores que llevan años queriendo más «lore».
El problema es que, al priorizar la exploración y el tono aventurero, la película renuncia a aspectos clave de la saga:
- Menos brutalidad.
- Enfrentamientos menos gráficos.
- Escenas de acción que buscan más dinamismo que tensión.
Aquí la violencia no es motor narrativo: es decorado. Y es una decisión consciente, pero no necesariamente acertada para un legado basado en supervivencia y dominio físico.
Un apartado visual competente pero irregular
La película combina efectos prácticos con grandes cantidades de CGI, especialmente en la cara del depredador y las criaturas. El resultado es mixto: hay escenas con una integración muy convincente y otras donde el digital toma demasiado protagonismo, restando peso y textura.
A nivel artístico, el diseño del protagonista es uno de los más interesantes de la saga, con detalles jerárquicos y simbólicos que cuentan historia sin necesidad de diálogo. A nivel técnico, el acabado no siempre está a la altura de la ambición.
Lo mejor y lo peor
✅ Aciertos
– Expansión del universo y su cultura.
– Protagonista con arco propio y diseño convincente.
– Dirección de acción sólida en el último acto.
– Idea valiente que rompe el molde de la franquicia.
⚠️ Puntos débiles
– Se rebaja la ferocidad icónica del Depredador.
– Acción menos contundente y menos sangrienta.
– Ritmo inicial lento y demasiado explicativo.
– Tono más aventurero que amenazante.
Veredicto
Predator: Badlands es una entrega ambiciosa que quiere abrir caminos nuevos en lugar de repetir la fórmula del soldado contra el monstruo. Su mayor valor es el punto de vista del cazador y la apertura del «lore». Su mayor problema es que, en ese proceso, se aleja de la crudeza y la agresividad que definieron a la saga original.
Mira, te soy sincero: Predator: Badlands me ha entretenido, tiene ideas guapas y el enfoque de seguir al propio depredador me parece una jugada valiente. Pero no he salido del cine con esa sensación de adrenalina y tensión que yo busco en esta saga.
Le falta mala leche, más violencia, más caza, más «esto es lo que pasa cuando una criatura diseñada para matar te pone en su lista».
Está bien, se disfruta, y visualmente tiene cosillas potentes… pero no me ha explotado la cabeza. Si me dices de volver a verla, voy, pero no con la emoción de poner Depredador (la del 87). Buena peli, solo que no me ha tocado el instinto cazador como esperaba.
Nota final: 6,5 / 10
Respetable y valiente, pero no la película que muchos fans esperaban.

















