La saga Demons, dirigida por Lamberto Bava y producida por Dario Argento, es un referente del cine de terror italiano de los años 80. Compuesta por dos películas —Demons (1985) y Demons 2 (1986)—, la saga combina horror sobrenatural, gore explícito y una estética visual muy marcada por la influencia del videoclip y el cómic.
La primera entrega se desarrolla en un cine, donde una proyección maldita desata una infección demoníaca entre los espectadores. La segunda traslada la acción a un moderno edificio de apartamentos, repitiendo el esquema de infección, pero en un nuevo entorno cerrado. Aunque no están conectadas por personajes o una continuidad narrativa directa, ambas comparten estilo, ambientación claustrofóbica y una potente banda sonora de rock y heavy metal.
Con su mezcla de efectos prácticos impactantes y una atmósfera delirante, Demons se ha convertido en una saga de culto dentro del cine de terror europeo, influyendo en numerosas producciones posteriores.