Hola, agente secreto de sofá.
Sí, tú, el que se pone las gafas de sol en el espejo del baño mientras suena música épica. Hoy vengo a hablarte de una peli que si no te sube la adrenalina es que estás muerto por dentro: Misión Imposible: Sentencia Final.
Sí, la octava ya. Que se dice pronto.
Ocho pelis de Tom Cruise corriendo, saltando, conduciendo como si no hubiera un mañana, y jugándose la vida por ti, por mí y por el cine de palomitas bien hecho.
El tío Tom, el último superviviente del blockbuster
Lo primero que tienes que saber: Tom Cruise no actúa, Tom Cruise arriesga el pellejo de verdad.
Aquí no hay CGI de cara flotante ni dobles cutres. Aquí hay moto, hay tren, hay acantilado y hay un tío de sesenta tacos diciendo «¿rodar esto en croma? ¡Los cojones!».
Y eso, creéme, se nota.
Se nota en cada persecución, en cada hostia y en cada plano secuencia que te hace apretar los glúteos.

McQuarrie al volante, todo en orden
Desde hace varias entregas, Christopher McQuarrie pilota esta nave con Cruise como copiloto y… ¡madre mía cómo la pilota!
El tío es como un reloj suizo con esteroides: trama sólida, ritmo que no te deja ni mear, y escenas de acción que te hacen pensar: «¿Cómo coño han hecho esto?».
Y no es solo pegar tiros. No, señor.
Aquí hay suspense, tensión, traiciones y esas movidas de espías que te hacen sentir listo aunque no entiendas del todo lo que está pasando.
El malo… pues bueno
Aquí viene lo regular.
El villano es una especie de IA malvada (sí, como en todos lados ahora) que amenaza con cargarse el mundo. Pero como una IA flotando no mete miedo, le ponen cara humana a través de un actor que… pues mira, ni frío ni calor.
Se llama Gabriel (como el ángel, pero sin carisma).
Y claro, cuando tienes a Ethan Hunt haciendo parkour por el Himalaya, el malo necesita algo más de chispa.
¿Y qué tal la peli? ¿Lo peta o qué?
Te lo digo claro: vas a gozarla como un enano.
Pero. Pero. Hay peros.
La peli es muy buena, pero no llega al nivel de «Protocolo Fantasma» o «Fallout», que son palabras mayores.
Aquí han tirado de nostalgia, de recuela, de meter flashbacks de otras pelis, y eso le quita algo de frescura.
Hay momentos que dices: “Tío, que esto ya lo he visto”.
Aún así, hay secuencias de acción muy buenas, que es lo que buscamos en la saga, más allá de la trama, del thriller y de secuencuas de relaciones entre personajes.
¿Es el final de Misión Imposible?
Ni de coña. Lo de «Sentencia Final» es marketing.
Esto, si la taquilla responde, sigue.
Y yo, sinceramente, lo firmo con sangre. Mientras Tom siga saltando sin red, yo seguiré en la sala con los ojos como platos.
¿Veredicto final?
¿Te mola el cine de acción del bueno? Esta es tu peli.
¿Te flipan las pelis de espías, gadgets y giros de guion? También.
¿Quieres ver a un tío jugándose el cuello por entretenerte durante 2 horas y pico? Dale caña.
Es cine para ver en pantalla grande, con el volumen a tope y con colegas.
Te lo vas a pasar bomba. No es perfecta, pero como experiencia… está entre las que merecen palomitas tamaño cubo y salir diciendo: «Madre mía, qué barbaridad acabo de ver».
Nota: 8’5 sobre 10
