Marvel se saca un as de la manga… cuando nadie lo esperaba
Tras una larga etapa de desgaste creativo, con películas que parecían más encargos de despacho que apuestas cinematográficas, Marvel Studios sorprende con «Thunderbolts *», un título que, contra todo pronóstico, funciona mejor de lo esperado.
Sí, lleva un asterisco en el título, y sí, está explicado dentro del film (aunque sin alardes), pero lo más llamativo no es su rareza nominal, sino lo que consigue a nivel narrativo con unos mimbres bastante modestos.

Una producción sin expectativas… y ahí está la clave
Thunderbolts llega en un momento delicado para el universo Marvel, sumido en una especie de tierra de nadie. Ya no genera el mismo entusiasmo que antaño, y muchos fans han puesto sus ojos en otras formas de acción más cruda y directa.
Esta película parecía destinada a pasar desapercibida, montada con personajes secundarios (casi descartes de otras entregas) y sin un gran reclamo comercial más allá del logo de la casa.
Sin embargo, ahí es donde reside su gran virtud: nadie esperaba nada de ella… y por eso logra sorprender.
Una película más pequeña, más contenida… y más efectiva
Con una duración de apenas dos horas, sin grandes escenas épicas ni un tercer acto colosal cargado de efectos visuales, Thunderbolts se convierte en una cinta ágil, contenida y sorprendentemente coherente.
Su clímax evita el habitual desenlace a base de tortas y explosiones, y opta por una resolución original y refrescante dentro del género.
No estamos ante una revolución, ni ante una obra maestra, pero sí ante una rareza simpática dentro del catálogo Marvel.
¿Quién firma esto?
Dirige Jake Schreier, un nombre que puede no decir mucho de primeras, pero que tiene en su currículum títulos como «Un amigo para Frank» y «Ciudades de papel», además de haber trabajado extensamente en televisión («Kidding», «Bronca», «A new taste of cherry») y videoclips para artistas como «HAIM» o «Kanye West».
Aquí cumple con eficacia como funcionario de la cámara«.
En cuanto al guion, está firmado por Eric Pearson (habitual en el universo Marvel, con trabajos como «Thor: Ragnarok» o «Viuda Negra») y Joanna Calo, cuyo historial es mucho más sugerente, con participación en series como «BoJack Horseman», «Hacks» o «The Bear».
La influencia de Calo se percibe claramente en el tono más fresco, humorístico y narrativamente juguetón de la película.
El gran acierto: Florence Pugh
El reparto está compuesto por personajes que ya hemos visto en otras películas: Yelena Belova (Florence Pugh), Bucky Barnes (Sebastian Stan), Fantasma (Hannah John-Kamen), Guardián Rojo (David Harbour), John Walker (Agente USA) (Wyatt Russell) y Taskmaster (Olga Kurylenko).
Todos tienen su momento, pero la película se construye claramente desde el punto de vista de Yelena, y eso es, sencillamente, un acierto rotundo.
Florence Pugh no solo sostiene la película: le da carisma, emoción y ritmo. Aunque su personaje no era especialmente llamativo sobre el papel, la actriz consigue que todo gire a su alrededor.
Tiene esa clase de presencia magnética que te mantiene enganchado sin apenas esfuerzo. Su interpretación convierte a Thunderbolts en algo más que un proyecto funcional: la dota de alma.
Opinión final
Mira, no te voy a engañar: no esperaba nada de Thunderbolts… y al final me lo pasé bastante bien.
No revoluciona nada, pero tampoco lo pretende. Va al grano, es más contenida que otras de Marvel, y tiene a Florence Pugh tirando del carro como una campeona.
Es como ese grupo de colegas que no sabes muy bien qué hacen juntos, pero acaban funcionando.
No es un peliculón, pero se deja ver con gusto. Y oye, eso hoy en día ya es mucho.
